junio 24, 2006
Mapas del Infierno: Campo de Batalla

La desesperación me invadió, el dolor era tremendo e hipnótico, mi piel se retorcía de escalofríos causados por las frias gotas de sangre y sudor que recorrían mi cuerpo…

No conozco la razón del por que estoy aquí…no he muerto, pero aun así vago por el infierno como un alma en pena…no he llegado aquí por razones naturales, pero aun así todo me parece tan natural, tan familiar como el amanecer de cada día que veía desde ese mugriento camión del cual solo soltaba paquetes de un amarillento diario que se comenzaba a podrir por la humedad de las bodegas donde residían y donde yo también residía, bañado en sueños que me sacaban de la realidad detestable que me rodeaba…todo tan miserable.

Mi acompañante parecía no sufrir como lo hacia mi cuerpo, no había nada que lo sorprendiera….era como si no poseyera alma alguna, como si hubiera pasado tantas veces por aquí que el estar a mi lado fuera algo diario y rutinario. Sus explicaciones a pesar de que mantenían mi mente ocupada y fuera de la locura, me martirizaban y me provocaban un miedo que jamás había sentido.

Una vez le pregunte que era una sombra que paseaba sobre nuestras cabezas, una sombra deforme que se veía a la lejanía en aquel oscuro cielo…solo atino a responderme con un nombre…Moloch. Solo eso basto para que por al frente de mis ojos pasaran visiones de horrendas masacres donde un viejo carnudo con un cráneo de antílope putrefacto que llevaba por rostro, perseguía almas perdidas de niños que flotaban sobre nosotros mientras dormíamos. Llore, llore como nunca lo había echo…tanta inocencia destruida, tanta juventud perdida en las manos de un demonio en las cuales sus pequeños cuerpos se retorcían en un intento de escapar pero sin resultado…o gran humanidad, como has dejado que estos infantes sufran por tus pecados y por tus faltas…

Mi llanto fue interrumpido, un estallido se escucho a la lejanía y un grito tras de este…en un parpadear me encontré en mi hogar, en aquel hogar que fue mió por tanto tiempo…hogar inmundo y frió, tan frió que calaba los huesos y que de cuota mensual cobraba la vida de mis compañeros y amigos…me encontré en medio de una trinchera.

Viejos tiempos en aquella selva, tantos rostros nuevos que vi llegar y que nunca vi regresar…la guerra, como olvidarla…me dio vida nueva pero a cambio de las miles que cobre, mi gran pecado…mi razón de estar aquí…por combatir en nombre de un país corrupto por sus ideales mortales y ambiciosos , ideales de individualismo. Que ironía el que en el mundo pensemos solo en uno, mientras que en este infierno todos sufrimos en conjunto, cada uno cobrando la vida de otros, cada uno lamentando la vida del otro…tortura eterna, tortura desigual, tortura injusta a nuestros pecados, totalmente fuera de contexto para que no podamos redimirnos y quedar atrapados en este espiral de caos constante.

Mi compañero se sentó a mi lado y cerro los ojos, simplemente durmió tranquilo. Yo mientras tanto atreví asomar mis cansados ojos que pedían a gritos cerrarse para nunca mas ver tal aberración de lugar. Pero solo les di mas tortura…campo baldío, lleno de alambres oxidados de donde colgaban harapos ensangrentados sin dueño. Expandí mi vista…soldados comenzaron a salir de la trinchera donde me encontraba, llenos de valor y desesperación por tomar la trinchera que continua. Que glorioso momento el que fue interrumpido por luces de ametralladoras en el horizonte que mutilaron a los aguerridos y que acecinaron a los valientes haciéndoles morder el barro que se alimentaba de la humedad de la sangre para subsistir.

Silbidos en el cielo, latas cayendo frente a mis ojos, latas de gas que asfixiaba a los caídos que sufrían sus heridas y mutilaciones en medio del campo de batalla, los asfixiaba como una mano sobre sus gargantas, los ahogaba en vómitos y mucosidades dándoles una muerte indigna y extremadamente dolorosa.

Mi gracia fue salvada por una suerte dentro de un infierno implacable.


Prepárate a viajar donde las aguas son veneno capaces de matar dioses, donde solo hay restos de podredumbre y a la vez esta lo primordial…paradoja celestial.


Fueron sus últimas palabras, las de mi compañero, antes de ser arrastrados por negras aguas que limpiaron la trinchera, para terminar en una inmunda cloaca que me lleva a la oscuridad…la oscuridad del Shaare Mawet.

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posted by O.S.F. at 6/24/2006 07:07:00 p. m. | Permalink | 2 comments
junio 17, 2006
Mapas del Infierno:Gehenna
Descendiendo en círculo por los fosos. Bajando y bajando por las afiladas rocas y la carne fundida del Infierno. Aquí los amantes, que prometieron nuca separarse y ahora yacen fusionados en un amasijo aullante de carne. Su amor convertido en odio y locura. Bajando a través de las infinitas extensiones árticas las personas vagando desnudas y congeladas, sin esperanza ni destino. Cruzando las calles de las atormentadas ciudades donde las piedras de las casas sangran e imploran el olvido. Donde las luces y fuegos no rompen la oscuridad y los corazones arden para siempre. Donde hombres y mujeres son hechos monstruosamente enormes. Cuerpos tan grandes que no pueden moverse. Solo pueden gritar y llorar mientras criaturas diabólicas escarban su carne que nuca sana.

Cayendo…cayendo, a través del sinsentido demoledor del Infierno…

Todo comenzó aquella noche donde ya no quedaba mas en mi vida que la misma miseria del solo existir entre los hombres que caminaban como muertos tambaleantes, inconcientes y bañados en un olor a estiércol…

Mi pecado, mi gran pecado…nunca confesado, nunca hablado. He aquí mi culpa echa realidad, la cual me a traído a mi perdición eterna…la que hizo que mientras caminaba entre los callejones me tragara un remolino que me trajo a este martirio…

Mi primera parada fue un campo extenso, infinito en el horizonte, donde las planicies estaban cubiertas de cristales rotos donde almas bañadas en dolor me acompañaban en mi viaje…tortuoso viaje, malditas risas, malditas risas de los cristales…aquellas carcajadas que hacían cuando la carne de mis pies era atravesada por ellos. Pequeñas llamaradas aparecían a nuestro alrededor quemándonos dolorosamente, retorciendo nuestra carne mortal….retorciendo mi alma echa carne…

Un negro sol se levantaba majestuosamente sobre el cielo oscuro y pálido, vació de toda lumbre celestial que guiara nuestros caminos…solo sombras, ningún astro…solo sombras que nos cazaban poco a poco mientras caminábamos en aquel desierto cubierto de cristales.

Dentro de mi inmenso martirio divise un hombre que parecía no sufrir como los demás…simplemente caminaba sobre los vidrios como si fuera lana de ovejas…desee saber su seceto y mi pensamiento y plegaria fue escuchada por su mente.

Sus ojos retorcidos me miraron…su alma quebrantada se sentía como un vacio que ansiaba que mi alma lo llenara…me dirigió la palabra la cual escuche suave como la seda entre mis quejidos de agonía.


Hermano mió…divino has de ser y en tu gran trono has de sentarte…termina este viaje conmigo y te mostrare la silla donde te sentaras por lo eones del tiempo…


Seguí a aquel hombre errante confiándole mi propia existencia y el me confió los secretos mas torcidos del propio cosmos…los secretos del Infierno.

En ese momento me encontraba en el Gehenna que también es llamada “Las Puertas de la muerte”….donde es el principio del fin eterno…simplemente la primera estación de muchas otras. Simplemente mi único conocimiento en aquel momento era el que podían darme mis perturbados sentidos…el conocimiento de que me acercaba a un Campo de Batalla...

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posted by O.S.F. at 6/17/2006 12:17:00 a. m. | Permalink | 6 comments

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