Y fue asi de simple...

Y todo era más simple de lo que cualquiera pensaría. El fin de nuestros tiempos fue tan progresivo y veloz que la gente no logro darse cuenta del impacto en sus vidas ni en la de los demás. Hace ya casi seis años que se había “acabado nuestro mundo” y la verdad es que ni yo recuerdo como comenzó…solo recuerdo que para la fecha de este esperado acontecimiento tuve una discusión con la mujer la cual yo amaba lo cual termino con nuestra larga relación y después de todo el caos le perdí el rastro…verán, solo quedábamos algunos sobrevivientes del tan esperado apocalipsis que sin embargo, en mi opinión personal, dejo mucho que desear. Tétrico no??
Las pocas ciudades que quedaron en pie se organizaron en puestos de avanzada solitarios y remotos los unos de los otros, deteniendo ataques esporádicos de todo tipo de criaturas de la noche, que al no ser “hordas de demonios”, sino criaturas casi “normales”, no mostraban gran desafío… pero en grandes cantidades lo eran, por eso la distribución de la protección.
Ahora para mi desgracia, al igual que en todos los puestos de avanzada, me encontraba solo… hace ya hacía meses que no veía señas algunas de un “humano”. Bueno, en verdad no estaba solo… me acompañaba una tierna perrita muy obediente día tras día, pero que cada mañana me recordaba aquella película “I’m Legend” en una desagradable parodia diaria… hombre solo contra las fuerzas del mal y una tierna acompañante… la parodia de mi vida, pero con la gran diferencia de que jamás llegaremos a ser una leyenda. Pero así es la vida.
Con ataques tan esporádicos teníamos mucho tiempo libre, a veces había espacios de meses sin ni una sombra distinta en el horizonte que permanecía en un profundo sueño oscuro del cual no despertaría. Bueno, con estos grandes espacios en mi vida cotidiana decidí buscar a alguien “humano” con quien conversar, así que tome mi bicicleta y partí por las herrumbradas calles de lo que una vez llame mi hogar.
Anduve por horas, tanto a bicicleta como a pie hasta que me encontré con un destruido banco que se encontraba iluminado, no por fuegos fatuos o perpetuos, sino por electricidad. Mientras me acercaba, del edificio salió una silueta conocida que me saludo a la lejanía… si, ni en las películas sucede, era ella, la mujer de mi vida que había dejado ir por una discusión que ya ni recuerdo… pero solo atine a pensar en “lo pequeño que es el mundo”. Me miro extrañada y sorprendida al igual que yo lo estaba…solo esperaba y realmente deseaba que sintiera la misma alegría que sentía yo por verla después de tanto tiempo.
Me mostro su puesto tranquilamente y casi con un tono cabizbajo. Me mostro las maravillas que había logrado hacer con el lugar con los pocos recursos que uno disponía…realmente era una maravilla, mucha seguridad y orden…y yo solo atine a recordar las sabanas colgadas en mi ventana…
Caminamos por su puesto y después me llevo a su hogar, que es encontraba dentro de la bóveda del banco, todo forrado con una suave alfombra azul. Me conto su historia y como había acontecido todo desde “el fin del mundo como lo conocemos”, como dice la canción. Me conto de su fallecida familia a la cual en otros tiempos les había tenido un gran cariño y a la cual a veces extrañaba.
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A pesar de las malas noticias hubo algo que me sorprendió…las paredes de la inmensa bóveda. Estaban cubiertas de libros, juegos y juguetes de todo tipo…era una colección increíble que cualquiera envidiaría… yo recordé mi despensa con una caja de cereal y una vieja revista del cable… colecciones completas de libros y bibliografías fantásticas, infinidades de juegos de mesa y de cartas que solo me llevaron a preguntarle el por qué guardarlas después de tanto tiempo...
…ella me respondió que era por su soledad…hace ya hace casi más de un año que no veía humano alguno y que enfrentaba la locura con libros y juegos solitarios… En esto llego mi perrita con una pequeña pelota roja en el hocico y me hizo una seña de que debíamos irnos… Extrañamente me volví a aquella solitaria mujer a la cual ame y me percate que durante todo este tiempo no me había mirado directamente a los ojos… suavemente levante su rostro y vi sus tiernos ojos con lagrimas como en la última vez que la vi. La abrace tiernamente y le pedí…le pedí que no me dejara ir nuevamente…no así de fácil. Ella rompió en un llanto suave sobre mi hombro y solo atine a recordar y a tararear aquella canción de Bob Marley que decía…“Baby don’t worry about a thing ‘cause every Little thing is gonna be all right”…y que solo me llevo a recordad la parodia de mi vida que día a día me perseguía sin descanso…quizás, solo quizás…signifique que algún día llegaremos a ser Leyenda.
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Una historia liviana, un sueño liviano...e ahi el por que saltan cosas de la nada y casi en desorden... bueno asi son los sueños, locos y bellos.
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Dedicado
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Saludos! O.S.F.
Etiquetas: Historias, Sueños