septiembre 03, 2007
Sueño



Despierto a medio día, totalmente descansado, después de una noche de fiesta memorable por el aniversario de mi padre el cual ya había cumplido una buena cantidad de décadas.

“Parece un lindo día”, pensé al mirar por mi ventana, las aves cantaban y el sol estaba radiante en el cielo, los dracos volaban. Decidí salir a cazar y almorzar a las afueras del reino así que prepare mi bolso con algunas ropas, una frazada y algunas especias que podrían servirme. No podía salir sin mi equipo, seria un poco desastroso encontrarme con algo por allí y no tener con que enfrentarlo, así que me puse mis grebas de relámpago por si debía escapar o correr detrás de mi presa, envaine mi espada de luz y sombra y aliste mi arco viridiano con su particular carcaj de flechas que brillaban opacas y de verde como el musgo de los árboles.

Todo preparado, avise al acolito de mi salida y salí por la torre de la fortaleza con una zancada de cinco leguas, toque tierra y comencé a correr. Las llanuras flotantes se deslizaban suavemente, como la brisa que me abrasaba a tal velocidad, saltaba de una en otra asustando a los pequeños conejos y hacia volar a las mariposas. Cuando ya me encontraba lejos de la fortaleza en las nubes decidí tomar un descanso, comer una fruta y colocar un poco de agua en mi bota.

Sin darme cuenta ya estaba atardeciendo y aun no había casado nada…”seria muy fácil conseguir una presa de las planicies”…por lo que sin pensarlo dos veces incursione en los oscuros bosques del reino. Sus verdes hojas, que comenzaban a pasar a negro por la poca luz, acariciaban mis mejillas mientras pasaba por entre el follaje…prepare mi arco y me puse atento ante cualquier movimiento, camine lentamente hasta que escuche un débil rugido…”un oso pardo”, fue lo único que paso por mi mente, la emoción corrió por mi cuerpo como una descarga eléctrica, calcule su posición y mis grebas destellaron como el alba matutina cuando me decidí a saltar sobre el, no deseaba matarlo, es un animal muy noble, solo deseaba verlo en todo su esplendor de su enojo natural y salvaje…para mi desgracia era solo un facoquero gigante, mucha carne y poca acción.

Después de la gran cena decidí descansar de mi desilusión…busque un pequeño claro entre el tupido bosque y coloque un sello en una de sus rocas, con un par de toque de mi vara comenzó a emanar agua mineral, tibia como la leche de ternera e igual de reconfortante. Me quite las ropas y descanse bajo el claro de luna. Cante una canción y los búhos me contestaron, silbé y los grillos me respondieron, hable hacia el vació pero ningún humano me contesto…”a esta hora ellos duermen”…con estas palabras un pensamiento me ilumino, tranquilamente pase los dedos por mis ojos y pude ver el Æter que emanaba del sueño de los hombres, que hermosas visiones se desprendían de ella, las contemple maravillado al no poder poseerlas…alcé mis brazos para intentar estúpidamente alcanzarlas…solo con lagrimas en mis ojos pude darme cuenta que seria algo que nunca podría poseer, golpee la roca, salpique el agua y dentro de mi rabia contemple un destello proveniente del túnel de Æter, un estallido me golpeo y sentí mi cuerpo desvanecerse…

Despierto, miro mi reloj, despierto solo para darme cuenta que siempre fui un sueño, me levanto, ordeno mis cosas, me levanto para ir al control del día de hoy, guardo mi espada de luz y sombra y salgo de mi casa.

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posted by O.S.F. at 9/03/2007 07:43:00 p. m. | Permalink | 0 comments

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