…Simplemente fui al colegio por papeleos pendientes, ya había refrescado la tarde y todo parecía en paz, veía correr a los últimos niños que quedaban esperando para ser idos a buscar. Recorrí el pasillo principal y salude a un par de profesores que con sus libros bajo el brazo me saludaron calurosamente, con un gesto de manos les dije adiós y mire el cielo que se encontraba en un hermoso color caramelo rojizo que lo inundaba todo, fue entonces donde decidí, por la melancolía, ir a ver mi antigua sala.
Al llegar a ella mire por la ventana todos los bancos que se encontraban pasivos y ordenados, pero aun con vida y esperando ser usados el próximo año, una sonrisa se formo en mi rostro al ver tal imagen esperanzadora. Fue entonces donde escuche unos pasos que se me acercaban y una pelota que rodaba, que choco con unos de mis pies.
-hola-
Una dulce voz de una mujer me saludaba, no la mire de inmediato, primero atine a recoger la pelota para luego ofrecérsela si es que era de ella, levante la vista y me di cuenta que era una hermosa muchacha que me saludaba mientras me regalaba una dulce sonrisa y que me miraba con profundos ojos azulados, oscuros como el mar abierto. Solo atine a saludarla y preguntarle que hacia allí, pregunta un poco atrevida pensando que nunca la había visto en mi vida. Se sentó en el piso y me dijo que simplemente paseaba mientras comenzaba a jugar con aquella pelota rosada que había golpeado contra mi pie. Me senté a su lado y comenzamos a hablar de banalidades hasta que se hizo de noche y todos comenzaron a retirarse del establecimiento a pie o en sus respectivos autos.
Por alguna razón no nos levantamos y solo nos quedamos sentados allí en silencio, ninguno de los dos quería irse y dejar el espacio vacío, no queríamos dejar al otro en soledad aquella noche. Repentinamente ella levanto la vista y llamo mi atención tomándome la mano, mire al fondo del verde parque que se encontraba frente a nosotros y logre ver una luz amarillenta que resplandecía con gran esplendor, como el de cien velas, una gigantesca sombra se deslizaba detrás de la luz y empezó a avanzar por el pasillo principal para luego pasar por nuestra izquierda a unos metros de nosotros. Media unos dos metros y medio y era plomizo como la nube de tormenta, su forma espiritual cambiante como las aguas en invierno lo hacían irreconocible e indefinible, solo una cosa se entendía en ese caos andante, una jarra luminosa que aprecia flotar frente a el, brillaba como el oro fraguándose…fue hermoso y aterrador al mismo tiempo…
La muchacha apretó mi mano y me miro intranquila al verlo desaparecer camino a las canchas…
-fantasmas de la lámpara- …me susurro…

Fue entonces cuando otro destello apareció del fondo del jardín, otra sombra de las mismas proporciones comenzó a avanzar, solo que esta vez no era el ser caótico de antes, sino una figura cubierta por velos azulados como los ojos de la desconocida a mi lado, parecía el espíritu de un hombre pero no se podía ver su rostro por la oscuridad y la luz de la lámpara no penetraba en su piel, flotaba como el humo del cigarrillo y se deslizaba lentamente con la luz frente a el. Al pasar por nuestro lado le susurre en el oído a ella:
-…no son fantasmas de la lámpara, son los espíritus de la jarra, guardianes incansables, vigías de otro mundo que dan el toque de queda en las noches…pensé que solo eran fantasías, pero parece que el colegio los posee…-
Me miro un poco más tranquila y se acurruco en mi hombro mientras veíamos pasar uno, dos, tres mas…parecían una cuenta regresiva más que una procesión…tenía la razón ya que al salir el quinto después del oscuro hubo solo silencio y noche.

En medio de la calma la muchacha comenzó a sollozar suavemente mientras apoyaba su hermoso rostro contra mi hombro, acaricie sus cabello para que se calmara, pero algo me interrumpió…luces rojizas comenzaron a aparecer por todas partes y de ellas parecían brotar sombras deformes que quedaban estáticas donde caían. Una de ellas apareció frente a nosotros y callo sobre mis piernas quebrándome las rodillas en un sordo tronido que me saco un grito ahogado de dolor. Para nuestra desgracia esto llamo la atención de las sombras que comenzaron a caminar hacia nosotros y fue entonces donde los reconocí…
-…trolls…-
El rostro de la muchacha cambio y se volvió serio y lleno de fuerza interna, me levanto por el brazo en que se encontraba acurrucada y con enormes fuerzas me levanto y comenzó a correr dirección a la salida. Mi cuerpo golpeaba contra esos seres grisáceos que intentaban agarrarme por mis piernas ensangrentadas, pero la fuerza de la que me cargaba impedía que pudieran tomarme por mucho tiempo.
Ya en el hall encontró una silla de ruedas roja y me sentó en ella mientras observaba al portero que parecía conversar tranquilamente con un directivo del colegio. Ella partió enfurecida a ellos mientras yo la seguía con mi silla, comenzó a discutir con ellos pero la conversación se me hizo inaudible por un pitido que empezó a crecer en mis oídos, sentía que me rebanaba el cerebro y que mis oídos comenzaban a sangran mientras los veía discutir como si nada pasara. Levante adolorido mis vista para solo observar dos luces rojas que me apuntaban amenazantes, tome una silla de un costado y la lance con todas mis fuerzas contra mis posibles atacantes…no soportaron el golpe y el ruido seso…el directivo del colegio me miro enfurecido y se me lanzo encima pero un golpe de gran potencia rompió su cabeza antes de que alcanzara a tocarme un pelo…vi a la muchacha salpicada con su sangre mientras sostenía una silla rota en sus manos, me miro dulcemente y me lanzo un beso par luego abalanzarse contra el portero que miraba horrorizado la escena…solamente entre mi sordera escuche:
-…corre-
Di media vuelta a las ruedas y salí rápidamente del colegio, no sentía mis piernas y la impotencia de no poder hacer nada más que correr me agobiaba. Fui hasta un paradero de micros y mire la hora…3:27 de la madrugada…caí inconciente por la perdida de sangre…
Al día siguiente desperté en mi cama con las piernas vendadas y con la silla de ruedas a mi lado, sin tomar desayuno y sin despertar a nadie salí de la casa en mi silla dirección hacia el colegio.
Al llegar a el no encontré marca alguna de lo acontecido esa noche, entre por el pasillo lentamente observando todo, toda la gente precia normal y los niños jugaban alegremente en los patios…me llene de tristeza y conduje hasta la sala donde la había conocido…Al llegar la vi acostada en el mismo lugar donde me había sentado con ella, emanaba una fría belleza y tranquilidad…los niños jugaban alegres por los alrededores y a su lado…ella ya no respiraba…la había perdido…
Al llegar a ella mire por la ventana todos los bancos que se encontraban pasivos y ordenados, pero aun con vida y esperando ser usados el próximo año, una sonrisa se formo en mi rostro al ver tal imagen esperanzadora. Fue entonces donde escuche unos pasos que se me acercaban y una pelota que rodaba, que choco con unos de mis pies.
-hola-
Una dulce voz de una mujer me saludaba, no la mire de inmediato, primero atine a recoger la pelota para luego ofrecérsela si es que era de ella, levante la vista y me di cuenta que era una hermosa muchacha que me saludaba mientras me regalaba una dulce sonrisa y que me miraba con profundos ojos azulados, oscuros como el mar abierto. Solo atine a saludarla y preguntarle que hacia allí, pregunta un poco atrevida pensando que nunca la había visto en mi vida. Se sentó en el piso y me dijo que simplemente paseaba mientras comenzaba a jugar con aquella pelota rosada que había golpeado contra mi pie. Me senté a su lado y comenzamos a hablar de banalidades hasta que se hizo de noche y todos comenzaron a retirarse del establecimiento a pie o en sus respectivos autos.
Por alguna razón no nos levantamos y solo nos quedamos sentados allí en silencio, ninguno de los dos quería irse y dejar el espacio vacío, no queríamos dejar al otro en soledad aquella noche. Repentinamente ella levanto la vista y llamo mi atención tomándome la mano, mire al fondo del verde parque que se encontraba frente a nosotros y logre ver una luz amarillenta que resplandecía con gran esplendor, como el de cien velas, una gigantesca sombra se deslizaba detrás de la luz y empezó a avanzar por el pasillo principal para luego pasar por nuestra izquierda a unos metros de nosotros. Media unos dos metros y medio y era plomizo como la nube de tormenta, su forma espiritual cambiante como las aguas en invierno lo hacían irreconocible e indefinible, solo una cosa se entendía en ese caos andante, una jarra luminosa que aprecia flotar frente a el, brillaba como el oro fraguándose…fue hermoso y aterrador al mismo tiempo…
La muchacha apretó mi mano y me miro intranquila al verlo desaparecer camino a las canchas…
-fantasmas de la lámpara- …me susurro…

Fue entonces cuando otro destello apareció del fondo del jardín, otra sombra de las mismas proporciones comenzó a avanzar, solo que esta vez no era el ser caótico de antes, sino una figura cubierta por velos azulados como los ojos de la desconocida a mi lado, parecía el espíritu de un hombre pero no se podía ver su rostro por la oscuridad y la luz de la lámpara no penetraba en su piel, flotaba como el humo del cigarrillo y se deslizaba lentamente con la luz frente a el. Al pasar por nuestro lado le susurre en el oído a ella:
-…no son fantasmas de la lámpara, son los espíritus de la jarra, guardianes incansables, vigías de otro mundo que dan el toque de queda en las noches…pensé que solo eran fantasías, pero parece que el colegio los posee…-
Me miro un poco más tranquila y se acurruco en mi hombro mientras veíamos pasar uno, dos, tres mas…parecían una cuenta regresiva más que una procesión…tenía la razón ya que al salir el quinto después del oscuro hubo solo silencio y noche.

En medio de la calma la muchacha comenzó a sollozar suavemente mientras apoyaba su hermoso rostro contra mi hombro, acaricie sus cabello para que se calmara, pero algo me interrumpió…luces rojizas comenzaron a aparecer por todas partes y de ellas parecían brotar sombras deformes que quedaban estáticas donde caían. Una de ellas apareció frente a nosotros y callo sobre mis piernas quebrándome las rodillas en un sordo tronido que me saco un grito ahogado de dolor. Para nuestra desgracia esto llamo la atención de las sombras que comenzaron a caminar hacia nosotros y fue entonces donde los reconocí…
-…trolls…-
El rostro de la muchacha cambio y se volvió serio y lleno de fuerza interna, me levanto por el brazo en que se encontraba acurrucada y con enormes fuerzas me levanto y comenzó a correr dirección a la salida. Mi cuerpo golpeaba contra esos seres grisáceos que intentaban agarrarme por mis piernas ensangrentadas, pero la fuerza de la que me cargaba impedía que pudieran tomarme por mucho tiempo.
Ya en el hall encontró una silla de ruedas roja y me sentó en ella mientras observaba al portero que parecía conversar tranquilamente con un directivo del colegio. Ella partió enfurecida a ellos mientras yo la seguía con mi silla, comenzó a discutir con ellos pero la conversación se me hizo inaudible por un pitido que empezó a crecer en mis oídos, sentía que me rebanaba el cerebro y que mis oídos comenzaban a sangran mientras los veía discutir como si nada pasara. Levante adolorido mis vista para solo observar dos luces rojas que me apuntaban amenazantes, tome una silla de un costado y la lance con todas mis fuerzas contra mis posibles atacantes…no soportaron el golpe y el ruido seso…el directivo del colegio me miro enfurecido y se me lanzo encima pero un golpe de gran potencia rompió su cabeza antes de que alcanzara a tocarme un pelo…vi a la muchacha salpicada con su sangre mientras sostenía una silla rota en sus manos, me miro dulcemente y me lanzo un beso par luego abalanzarse contra el portero que miraba horrorizado la escena…solamente entre mi sordera escuche:
-…corre-
Di media vuelta a las ruedas y salí rápidamente del colegio, no sentía mis piernas y la impotencia de no poder hacer nada más que correr me agobiaba. Fui hasta un paradero de micros y mire la hora…3:27 de la madrugada…caí inconciente por la perdida de sangre…
Al día siguiente desperté en mi cama con las piernas vendadas y con la silla de ruedas a mi lado, sin tomar desayuno y sin despertar a nadie salí de la casa en mi silla dirección hacia el colegio.
Al llegar a el no encontré marca alguna de lo acontecido esa noche, entre por el pasillo lentamente observando todo, toda la gente precia normal y los niños jugaban alegremente en los patios…me llene de tristeza y conduje hasta la sala donde la había conocido…Al llegar la vi acostada en el mismo lugar donde me había sentado con ella, emanaba una fría belleza y tranquilidad…los niños jugaban alegres por los alrededores y a su lado…ella ya no respiraba…la había perdido…