
En una oscura azotea de un lúgubre y abandonado edificio se encontraba Miguel, su relajada figura se mostraba como una tenue sombra en aquella oscura ciudad, la cual detestaba tanto.
Con delicadeza saco una encendedor de su bolsillo y encendió un arrugado y amarillento cigarro que colgaba de sus labios…
-Es hora…-
Aun con su traje de oficina, con la corbata desatada aun colgando del cuello con su mugrienta maleta colgando de su cansado brazo se acerco lentamente a la desecha orilla de la oscura azotea y observo hacia la calle circundante. La gente parecía caminar apaciblemente en medio de la niebla, sin preocupaciones, sin demora, sin sonrisas lo que le producía un terrible asco en la garganta.
Su vida nunca fue fácil, nunca tubo un padre a su lado, nunca tubo una mujer en sus brazos, nunca tubo una madre cariñosa como los demás pero eso nunca le importo, realmente nunca lo necesito, desde pequeño se había criado con ajenos de los cuales había sabido sacar provecho y había sabido utilizarlos para sus beneficios, siempre acertaba en lo que los demás dirían o harían, siempre lograba saber lo que las personas sentían o temían…era tiempo de escuchar su reflejo…era tiempo de hacerse ver.
De su maletín saco un gastado y sucio rifle negro como el carbón, lo armo lentamente y con un poco de pereza, luego se arrodillo y apunto…
-Llueve…-
La lluvia comenzó a caer estrepitosamente, las gotas caían con gracia, se deslizaban suavemente por el negro cañón del rifle, parecían lágrimas en sus mejillas pero de el no salio gemido alguno.
De la oscuridad apareció una sombra, una figura de si mismo, era su yo oscuro, su reflejo, el que le hablaba todas las noches y que lo llevaba cada vez mas hacia el abismo.
-No te acobardes ahora, es tarde ya…-
El sonido de los disparos resonaron en las calles, la luz despedida por el fuego del cañón iluminaba ese oscuro pasillo lleno de callejuelas atestadas de gente, la sangre corría hacia las cloacas mientras que los gritos de agonía se proyectaban al cielo oscuro, la lluvia corrompida por la impura sangre se torno de un oscuro rojizo creando un tétrico escenario…los disparos cesaron…
El reflejo había desaparecido junto con el vacío que se encontraba dentro de miguel.
¡¡¡Se habían complementado, ya eran uno solo, lo habia controlado!!!…PORFIN!!!!
Miguel cayó inconciente por un golpe…
-Miguel…despierta…esta todo bien ahora, despierta-
Una voz celestial retumbaba en sus oídos…Dios que tranquilizadora aquella voz…Antes de que Miguel lograra abrir por completo sus ojos siente un dolor agudo en su pecho, despierta de golpe.
Gran fue la sorpresa al ver que un sagrado reflejo luminoso de el mismo penetraba su pecho con sus manos. El ser parecía no ser bañado por la sangre mientras que miraba a Miguel con penosos ojos.
-Miguel…lo siento…sabes que lo hago por tu bien…tu quisiste que fuera así, ¿no lo ves? Así comenzaras denuevo, renacerás puro otra vez-
-Noooooo-
Miguel lanza un ultimo débil alarido bañado en lagrimas y de su propia sangre mientras el brillante ser lo abraza lleno de ternura en aquella oscura azotea…
-No debías llegar tan lejos en tu “despertar” Miguel…no debías…me obligaste a hacerlo, ¡me obligaste!-
El cuerpo sin vida cae, la brillante figura se esfuma como la arena llevada por el viento
Etiquetas: Terror
Definitivamente vamos mejorando.
Muy buena historia, exelentes descripciones, auque merece una releida por que hay cosas que no me quedan muy claras. Felicitaciones, esta la raja.
Chao! Conch...